Biblos, y otra vez la lengua griega,  viene a nombrar una propuesta que Encuentro Clínico Lacaniano desea hacer  a nuestra comunidad.

En efecto, se trata de convocar, de reunir a aquellos que, desde el psicoanálisis y otras prácticas de discurso, les interese  intercambiar sus ideas,  sus pensamientos, sus escritos  a partir del entusiasmo que puede crear la palabra cuando se presta al diálogo y a la charla.

La charla, desde luego nos evoca a aquellos charlatanes del siglo -V, los sofistas, que lejos de plantear un saber racional descubrieron la dimensión de la palabra en tanto es solo allí donde  se puede advertir la invención de la dificultad.

Desde entonces pusieron a debatir a los filósofos, los políticos, los artistas, hasta las  filosofas-sacerdotisas como fue el caso de Diótima de Mantinea con Sócrates. Poner a debatir implica considerar la analítica, así como la sofística,  como una práctica de la singularidad respecto de aquello que se dice y de aquello que se escribe.

Tal vez, los que trabajamos en psicoanálisis, que no somos ni científicos ni doctos, intentamos mediante la presente propuesta  despertar el interés por las diferencias, por el azar del encuentro, los tropiezos,  las ocurrencias, en fin, por aquello que entre la multitud de voces coloquiales podría emerger  como un signo favorable a la pregunta siempre en pie respecto  del discurso y la letra, el goce y el deseo, la subjetividad de nuestro tiempo.